A nadie se le escapa que nuestro cerebro es complejo. El neuromarketing puede ayudar a las empresas a comprender mejor los comportamientos de su público en el plano neurocientífico. ¡Vamos a sumergirnos en la relación entre la ciencia y el marketing!
La neurociencia es una disciplina con apenas 50 años de historia que estudia el cerebro desde un punto de vista tanto biológico como conductual. Como resultado de la combinación de la neurociencia y el marketing, el neuromarketing se basa principalmente en las siguientes áreas:
Por lo tanto, hablamos de neuromarketing como un tipo de investigación de mercado donde aplicamos las mismas técnicas que utiliza la neurociencia para interpretar la actividad neuronal de los usuarios y con las que podemos conocer la respuesta inconsciente a un estímulo (producto, anuncio...). Gracias al neuromarketing tenemos datos que no se pueden obtener a través de métodos tradicionales como los focus groups o las encuestas.
A menudo, nos focalizamos tanto en cómo podemos generar más ventas y maximizar las conversiones, que nos olvidamos de la importancia del impacto que tendrían que tener. Y es que actualmente estamos tan saturados de la publicidad, que la mayoría de ellos pasan desapercibidos.
Al revelar la respuesta emocional e inconsciente de la audiencia, podemos desarrollar estrategias para tener un impacto mucho más efectivo. Es precisamente en los mecanismos cerebrales donde, por ejemplo, podríamos explicar por qué una persona compra un jersey amarillo después de haber ido a tomar un café y no lo compró hace una semana, cuando pasó por delante de la misma tienda.
A diferencia del marketing tradicional o del uso de otras técnicas de marketing, la principal ventaja competitiva del neuromarketing es conseguir la atención de nuestro público objetivo en nuestras campañas de marketing. Además, el neuromarketing sirve para:
Con Feeder, como herramienta FACS (Facial Action Coding System), podrás validar tus contenidos de la forma más fácil y rápida. Podrás hacerlo desde la comodidad de tu oficina o casa sin tener que desplazarte.
Descubrirás cuál es el impacto emocional de una determinada imagen, qué gusta y qué no, cuál es el recuerdo esperado de un mensaje, entre muchas otras cosas más.
Prueba los contenidos audiovisuales durante el proceso creativo, antes de que el contenido esté en directo y optimiza así el retorno esperado.
Desde el punto de vista de la codificación facial, podrás evaluar emocionalmente: el ritmo, la evolución, la atención, el impacto de la historia y el recuerdo esperado de las diferentes escenas a través de un análisis fotograma a fotograma y en tiempo real.
¿Cuál es el compromiso emocional de una marca frente a sus competidores en una pieza de contenido? Estos estudios pueden revelar cómo elementos inesperados pueden modificar las emociones generadas
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